martes, 22 de junio de 2010

La felicidad

Dice el cuento, que al principio de los tiempos, se reunieron varios demonios para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: "Debemos quitar algo a los humanos, pero ¿qué les quitamos?". Después de mucho pensar, uno dijo: "¡Ya sé!. Vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar". Propuso el primero: "Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo". Inmediatamente repuso otro:"No, recuerda que tienen fuerza; alguna vez alguien puede subir y encontrarla,y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está". Luego propuso otro: "Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar". Otro contestó: "No, recuerda que tienen curiosidad; alguna vez alguien construirá un aparato para poder bajar y entonces la encontrará". Uno más dijo: "Vamos a esconderla en un planeta lejano a la Tierra". Y le dijeron: "No, recuerda que tienen inteligencia; un día alguien va a construir una nave en la que poder viajar a otros planetas,la descubrirá y ya todos sabrán dónde está la felicidad".

El último de ellos había permanecido escuchando en silencio las propuestas de los demás. Analizó cada una de ellas y entonces dijo: "Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren". Todos le miraron asombrados y preguntaron al mismo tiempo: "¿Dónde?". Entonces el demonio respondió: "La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán". Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad, sin saber que la lleva dentro.

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Sencillo, pero real.

Yo paso parte de mi vida utilizando las herramientas que tengo para buscar dentro de mí, y el resultado siempre es sorprendente y prometedor. A veces tropiezo y caigo, pero forma parte del aprendizaje; ¿no es la vida un continuo descubrimiento, como un juego en el que a veces se gana y a veces se pierde?

No reniego de los malos momentos ni de los momentos difíciles, también ellos me aportan algo. Es como ir construyendo una obra de arte; un lienzo en blanco en el que ir pintando tu propia obra de arte... y todo es posible.

Todo es posible. Porque todo ante tí está por hacer.

viernes, 18 de junio de 2010

José Saramago

Busqué el pueblo donde vivía. Recorrímos carreteras y montes preguntando dónde, y encontré por fin su casa, en un pequeño pueblo de Lanzarote.

Fui y pregunté, llamé, busqué.. pero nadie salió a abrirme. Luego me enteré de que casualmente, justo en esas fechas, él estaba en Bilbao dando una conferencia... no pude conocerle.

Hoy ha fallecido José Saramago, uno de los escritores más lúcidos que he tenido el placer de leer.

"Encima del marco de la puerta hay una chapa metálica larga y estrecha, revestida de esmalte. Sobre un fondo blanco, las letras dicen "Conservaduría General del Registro Civil". El esmalte está agrietado y desportillado en algunos puntos. La puerta es antigua, la última capa de pintura marrón está descascarillada, las venas de la madera, a la vista, recuerdan una piel estriada. Hay cinco ventanas en la fachada. Apenas se cruza el umbral, se siente el olor del papel viejo. Es cierto que no pasa ni un día sin que entren en la Conservaduría nuevos papeles, de individuos de sexo masculino y de sexo femenino que van naciendo allá fuera, pero el olor nunca llega a cambiar, en primer lugar porque el destino de todo papel nuevo, así que sale de la fábrica, es comenzar a envejecer, en segundo lugar porque, más habitualmente en el papel nuevo, no pasa un día sin que se escriban causas de fallecimientos y respectivos lugares y fechas, cada uno contribuyendo con sus olores propios, no siempre ofensivos para las mucosas olfativas, como lo demuestran ciertos efluvios aromáticos que de vez en cuando, sutilmente, atraviesan la atmósfera de la Conservaduría General y que las narices más finas identifican como un perfume compuesto de mitad rosa y mitad crisantemo".

Comienzo de la obra "Todos los nombres"
José Saramago

martes, 15 de junio de 2010

La buena crisis

Es el título del libro que estoy leyendo ahora. Lo escribe Alex Rovira y está lleno de pautas para seguir, para cambiar, para despertar del letargo en el que nos movemos la mayoría de nosotros. Pero no vale con leerlo, hay que pensarlo.

Con frases sencillas y algunas citas a otros autores y grandes personajes, nos enseña que una crisis, cualquier crisis, no es más que la oportunidad para un cambio, para preparar un nuevo crecimiento. Crecimiento interior también, que es del que nos estamos olvidando, preocupados como estamos por la economía, el consumo, la vida fácil, etc.

Hay una frase que me gusta: "... lo que negamos nos somete, pero lo que aceptamos, nos transforma". Es cierto, lo mires por donde lo mires. Me pongo mi propio ejemplo y tú puedes hacer lo mismo. Pienso en algo o alguien que no me gusta, que no admito, que quiero cambiar, es decir, niego la realidad. Y no soy capaz de avanzar en ese camino. Me estanco, me enrabieto, me enfado conmigo misma (cosa que hago de vez en cuando). Pero si un día soy capaz de pararme a pensar, observar y aceptar eso que no me gusta, o trato de sentir cierta empatía por una persona o una situación, de alguna forma consigo liberarme, soltar peso, aprender y seguir adelante.

Cito unas palabras del filósofo hindú Khrisnamurthi: " Comprender significa acción inmediata. La acción creativa congruente define la humanidad humanizada. Abandonar la pereza y pasar a la acción consciente, eso es vivir el presente. Porque la acción más pequeña vale más que la intención más grande. Saber gozar de todo lo bueno que cada instante nos aporta, es un arte difícil pero necesario, y es señal de sabiduría apreciar e incorporar en nuestra vida aquellos placeres esenciales escondidos, incluso en lo que nos parecen situaciones límite. El sentido del humor y la visión positiva, son una parte importante del equipaje necesario para este trayecto vital tan lleno de desafíos".

Así que, sí, estamos en crisis.
¡¡BIEN!!

sábado, 12 de junio de 2010

Anish Kapoor

Atónita.

Así me he quedado hoy tras descubrir el trabajo del artista Anish Kapoor. Una sacudida. Como si me hubieran dado dos tortas en la cara "mira niña, esto es y no otra cosa".

Pero me ha sabido a poco. La exposición del Guggenheim resulta corta e insuficiente, claro que muchas de las obras de este hombre necesitan de espacios grandes y tampoco es que el Guggen tenga tanto sitio.

Hemos recorrido a Kapoor con asombro y emoción contenida; ante la obra "Yellow", a punto he estado de soltar una lágrima... Este es el arte que me llega, el arte que entiendo, el arte que vivo y disfruto... el arte del que me gustaría empaparme. Fuera llovía, y dentro llovía...

A Rousseau nos lo hemos saltado. Otro día volveremos. Hoy no podía con otra cosa que no fuera Kapoor y su color, sus vacíos... Dice en la descripción de su trabajo: "descubrí que vaciar era llenar..." Qué cierto! Nunca más claro que en esta exposición, aunque antes ya otro gran escultor, Oteiza, pasara por eso.

En fin. Me quedo llena de ese vacío. Llena.



martes, 8 de junio de 2010

Leonardo Boff

Aún a riesgo de repetirme, porque no sé si escribí sobre esto tiempo atrás.... (¿) Copio estas palabras que acabo de encontrar, o me han encontrado ellas a mí... son de Leonardo Boff, ser pensador... Antes se pensaba para algo, ahora, si se piensa, ¿para qué es?.

Y al terminar, añado una foto que saqué hace tiempo en la selva de Darién, al sur de Panamá. También la acabo de encontrar (no tiene buena resolución), e inmediatamente me ha hecho darme cuenta de que en aquel momento yo no estaba allí, yo estaba detrás de la cámara, pero no allí. Creo que no supe vivir el momento "poéticamente"... lástima.

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SER HUMANO: POÉTICO Y PROSAICO

Uno de los más inspirados poetas alemanes Friedrich Höderlin (1770.1843) dijo lo siguiente: El ser humano habita poéticamente la Tierra. Este pensamiento lo completó luego un pensador francés Edgar Morin: El ser humano habita también prosaicamente la Tierra. Poesía y prosa, además de ser dos géneros literarios, expresan dos modos existencias de ser.

La poesía supone la creación que hace que la persona se sienta tomada por una fuerza mayor que le trae conexiones inusitadas, iluminaciones nuevas, rumbos nuevos. Bajo la fuerza de la creación, la persona canta, sale de la rutina y asume caminos diferentes. Surge entonces el chamán que se esconde en cada persona, esa disposición que nos hace sintonizar con las energías del universo, que capta el púlsar del corazón del otro, de la naturaleza y de Dios mismo. Por esa capacidad se descubren nuevos sentidos de lo real.

Habitar poéticamente la Tierra significa sentirla como algo vivo, evocativo, grandioso y mágico. La Tierra es paisajes, colores, olores, fascinación y misterio. ¿Cómo no extasiarse con la majestad de la selva amazónica, con sus árboles, cual manos tendidas hacia lo alto, con la maraña de sus lianas y enredaderas, con los sutiles matices de sus verdes, rojos y amarillos, con los trinos de las aves y la profusión de sus frutos? ¿cómo no sentirse pequeño, perdido, un bichito insignificante ante su incalculable biodiversidad?.

Habitamos poéticamente el mundo cuando sentimos en la piel el frescor suave de la mañana, cuando padecemos bajo canícula del sol del mediodía, cuando nos serenamos al atardecer, cuando nos invade el misterio de la oscuridad de la noche. Nos estremecemos, vibramos, nos llenamos de ternura y nos extasiamos ante la Tierra en su inagotable vitalidad y belleza y al encontrarnos con la persona amada. Entonces vivimos el modo de ser poético.

Lamentablemente son ciegos y sordos y victimas de la lobotomía del paradigma positivista modernos quienes ven la Tierra simplemente como un laboratorio de elementos fisico-quimicos, como un conglomerado inconexo de cosas yuxtapuestas. No, ella está viva, es Madre y es Pachamama.

También habitamos la Tierra prosaicamente. La prosa recoge la cotidianeidad y el día a día gris, hecho de tensiones familiares y sociales, como los horarios y los deberes profesionales, con discretas alegrías y tristezas disimuladas. Pero los prosaico también esconde valores inestimables. Se descubren tras una larga estancia en un hospital, o cuando regresamos presurosos después de pasar penosos meses fuera de casa. Nada más suave que el sereno discurrir de los horarios y de los quehaceres domésticos y profesionales. Nos da la sensación de una navegación tranquila por el mar de la vida.

Poesía y prosa conviven y se alternan en el tiempo. Tenemos que velar por lo poético y lo prosaico de nuestras vidas, pues ambos se complementan y ambos están amenazados de banalización.

La cultura de masas ha desnaturalizado lo poético. El ocio, que sería el momento de ruptura de lo prosaico, ha sido aprisionado por la cultura del entretenimiento que incita al exceso, al consumo de alcohol, drogas y sexo. Es una vivencia poética, pero domesticada, sin éxtasis; un disfrute sin encantamiento.

Lo prosaico ha sido transformado en simple lucha darwiniana por la supervivencia, extenuando a las personas con trabajos monótonos, sin esperanza de gozar del merecido ocio. Y cuando éste llega, resultan rehenes de quienes han pensado todo por ellas, organizan sus viajes y les fabrican experiencias inolvidables. Y lo consiguen. Pero como todo es artificialmente inducido, el efecto final es un doloroso vacío existencial. Y entonces es cuando les dan antidepresivos.

Saber vivir con levedad lo prosaico y con entusiasmo lo poético, es indicativo de una vida plenamente humana. Plenamente Humana.


domingo, 6 de junio de 2010

¿Cuál es el sentido de hacerse preguntas...?

- Esos objetos… o fórmulas, guardan respuestas a preguntas tan antiguas como el ser humano… respuestas que por fuerza han de existir, porque existimos, porque somos… Una llave del Principio del Ser… quizá una senda que nos acerque a una respuesta.
- ¿No crees que es demasiado pretencioso?... ¿Existe acaso tal cosa?. ¿estamos capacitados para conocer esa respuesta?
- La buscamos. Existen las preguntas, luego debe ser posible que entendamos las respuestas... Si estamos capacitados o no, lo sabremos cuando la tengamos delante.
- Eso será si somos capaces de verla, Gabriel. Tu ego te vuelve a traicionar…. ¿seremos capaces de saber lo que buscamos?... ¿podremos entenderlo?. Tal vez la solución sea más sencilla que las cuestiones que planteamos. A veces pienso que el ser humano se cree tan grande que ha perdido la perspectiva y olvidamos la esencia de las cosas.
- Quizá… puede que tengas razón. De cualquier modo, pienso que si esa pregunta existe, es porque hay una respuesta, y esa respuesta existe porque nosotros podemos entenderla… de lo contrario eso no sería posible, ¿no crees?.
- No niego la posibilidad de que haya una mente afortunada. Pero ¿y luego?.. ¿de qué servirá?... Imagina por un momento, imagina que ya antes haya habido alguien, cualquiera en cualquier tiempo, que haya sido capaz de alcanzar eso que dices, esa iluminación…. Pero la vida, según las reglas que seguimos, no permite que esa respuesta tenga siquiera un hueco donde alojarse… y esa persona probablemente tendría que comerse su secreto, su hallazgo, y por eso seguiremos teniendo una pregunta sin respuesta… seguiremos envueltos en la oscuridad que hace que personas como tú caminen por delante del resto, abriendo camino.
- Una respuesta sin cabida en este mundo, dices?.
- Algo así.
- No cabe sino morir después. Un ser humano sin cabida en este mundo, también.
- Eso mismamente. – concluí yo.
- Eso es de un pesimismo impropio de tí, amigo mío.
- ¿Pesimismo?... ¿Acaso no es eso lo que pasa en el mundo?... ¿No vemos por doquier la anulación de la libertad y la capacidad de expresión?... Incluso voy más allá, quienes propujnan la libertad de expresión y la creatividad.... ¿de qué libertad hablan? escriben sobre papel pautado, nada nuevo. Creo que fue Henry Miller quien dijo "Muéstrame un hombre, un sólo hombre que sea capaz de decir toda la verdad, y no diré que no sea grande, pero sí que no tendrá un metro cuadrado donde poner los pies". ... Estamos ávidos de líderes, pero dame un líder que haga lo que yo quiero.
- Pero yo pienso que hay un momento en que todo puede y debe cambiar. Esa idea, esa convicción me mantiene en pie y firme en mi trabajo.
- Y es algo loable Gabriel, sabes que admiro lo que haces.
- Deja que te muestre algo...

(continuará...)

jueves, 3 de junio de 2010

Hoy me han contado algo... fascinante

Extraño, increíble, maravilloso, fantástico. Y yo embobada como una quinceañera; que en el fondo es lo que sigo siendo, a quién pretendo engañar.

Solfeggio.

La sola palabra es encantadora, no?. Y ¿qué es el Solfeggio?. Un prodigio de la naturaleza, un descubrimiento asombroso, una herramienta mágica, una llave del Principio... Un secreto bien guardado.

Estaba con Fini y Bego. Suelo pasar a visitarlas una vez a la semana al menos. Entrar ya en el jardín es un ejercicio de relajación y paz. Desde fuera huele a incienso y se oye el sonido de la música de fondo. La puerta está abierta. No hay nadie en la tienda, aparentemente, como siempre. Llamo, pregunto y la voz de Bego contesta: “¡hasta el fondo!”. Están en el despacho, escribiendo, o dibujando, o leyendo, o enredando en el ordenador. Zurtz, el perro, negro como el carbón, sale a recibirme meneando su cola.

Como ocurre habitualmente con ellas, no sé cómo llegamos a tocar el tema, pero éste surge y me dejo llevar. Son tantas las cosas que saben y cuentan que es imposible marcharse de allí sin una pregunta al menos en la cabeza. Hoy me han hablado del Solfeggio.

Al parecer fue un tipo de – a ver si lo digo bien – sonido, de vibración sonora aplicada a la música, que con sus frecuencias particulares obtenía unos resultados asombrosos tanto en el comportamiento de las personas, como en su naturaleza, salud o espíritu.

¿Ciencia Ficción?. No lo sé, el caso es que me ha dado tema para tomar notas porque, además, tiene alguna relación (o hacen que la tenga) – oh, sorpresa – con las secuencias de Fibonacci, y la Geometría Sagrada, temas que de una u otra manera, estoy tocando y aprendiendo últimamente. Todo se relaciona. ¿Por qué me sorprendo?...

Según parece, fue entre los siglos IX y XIII que esas frecuencias especiales fueron aplicadas a la música de entonces, que era, como es de suponer, música sacra en su mayoría. Los cantos gregorianos, por ejemplo, adaptaron estas vibraciones, y se dice que con ello conseguían sanaciones en quien escuchaba...

Pero algo más curioso aún, si cabe, es que una de esas frecuencias, la que tiene que ver con la letra MI , es de 528 Hz, y es la misma que la frecuencia que repara el ADN dañado. No me preguntes cómo es eso; es sólo una de las virtudes que tiene esa música.

Claro que, llegó la Iglesia, de nuevo, y dijo que de eso nada. Que a ver quién necesitaba gente sanando sola y elevando tanto el espíritu... no fuera que las gentes se “elevaran” tanto que se les escaparan de las manos.

Ahora bien:

Hay quien defiende y demuestra matemáticamente, que todo esto es mentira; que las frecuencias no coinciden con las notas musicales. Otros dicen que es puro embuste para embaucar inocentes. Hay quien sostiene que son vibraciones especialmente creadas para manipular la mente de las personas y que pueden incluso crear algún trastorno psicológico. Qué sé yo... ¿cuál es la verdad?. ¿Que desde tiempo inmemorial han intentado arrebatarnos todas las maravillas de la vida para mantenernos controlados?. ¿Que existen modernos hechiceros con complejo de Merlín?

Sea como fuere, mi imaginación no podía evitar “escuchar” los acordes de una bonita novela...

Abrazos.