jueves, 18 de agosto de 2011

El Fin es mi Principio

... Hace unos años, una amiga acupuntora me dijo algo así: "Para vivir primero hay que morir".

Entonces asentí pero francamente no entendí nada. ¿No era al revés?, primero vivir y después morir... ¿Morir para vivir? ¿qué tipo de acertijo era ese?.

Hoy es distinto. Hoy sí lo entiendo. Podría extenderme aquí cien líneas y es posible que nadie me entendiera. La comprensión viene de dentro y cada cual debe llegar a ella por sus propias experiencias. Y por supuesto también está el hecho de que podría no saber explicarme, lo que complicaría las cosas.

Claro que, morir tiene tela. Y no me refiero a ese morir del cuerpo que todos/as conocemos. Me refiero al otro morir, al que es un cataclismo terrible del que renace un ser nuevo. Pero, ¿quién quiere sufrir?... nadie, de poder evitarlo.

Estoy leyendo un libro muy interesante de Tiziano Terzani. Tengo que admitir que no había oído hablar de él antes pero una película me dio la pista y después busqué el libro. No tiene desperdicio, especialmente si eres alguien que disfruta con el descubrimiento del mundo, del otro, de la aventura y de uno/a mismo/a.

Terzani fue uno de los más valorados periodistas italianos del siglo pasado. No sólo fue un gran profesional sino una persona extraordinaria que acumuló experiencias y amigos por todo el mundo.

El libro del que hablo se titula precisamente "El Fin es mi Principio" y es una conversación real entre el propio Tiziano y su hijo Folco. Tiziano está gravemente enfermo y no le queda mucho tiempo de vida, pero ríe amenudo y a pesar de su enfermedad, desprende una gran vida, una gran experiencia. El padre cuenta al hijo su azarosa vida, empezando por su pobre niñez y pasando por sus múltiples aventuras después a lo largo del mundo en su faceta de periodista; un periodista comprometido primero consigo mismo, primer punto en la consecución de objetivos, y segundo con el resto de personas que van formando su peculiar paisaje humano. Luego llega la madurez, la crisis, el descubrimiento de sí mismo y el misticismo desde donde parte su final visión de la vida: "El fin es mi principio". Claro.

En un párrafo dice algo con lo que me veo reflejada pero a lo que no he sido fiel: "No lo pensaba dos veces. Avanzar, buscar, buscar lo otro. Ocuparse de todo lo que es distinto. Salir de los caminos trazados. Viajar ha sido importantísimo para mí. Esa sensación de descubrimiento ha sido importantísima. Esa era mi vida, no me detenía nada. Y debo decir que la familia... para mi la familia era el palo al que estaba unido por un hilo de seda, como decía aquel poeta bengalí... "

En otro párrafo, el hijo le pregunta por las personas que realmente le han impresionado. Pero Tiziano recordando dice que en realidad nadie le ha llegado a impresionar de verdad. Pero su hijo insiste y él recuerda a un anciano que conoció en el Himalaya, y cuenta: "Con todo, debes reconocer que cuando lees textos como el Upanishad...aaah. ... Conoces a mucha gente, y luego lentamente te vas. Y por el camino distingues a los maestros falsos de los verdaderos, y al final, en la cima del Himalaya, un anciano te permite, con un toque mágico, entrever por un instante lo que nunca has visto. Y una vez que lo has visto, no puedes seguir viviendo normalmente... Un bonito viaje, ¿no?.
- Mmm... mucho.
- ¿Y ahora qué?. Mira mis piernas, ¡míralas!
- Están hinchadas.
- Este cuerpo lo dejo aquí. (Ríe). ¿Sabes?, con una vela se enciende otra. Una se apaga y la otra arde. "


Una vida que se lee y se disfruta.
La vida hay que vivirla, y eso lo supo hacer muy bien Terzani.