miércoles, 21 de octubre de 2009
Prohibido no mirar
Tiene un algo seductor que juega a filtrarse entre las rendijas de lo posible... es Mabi Revuelta. Para quien no la conozca, dice y hace cosas como éstas:
En los procesos de seducción a través de lo táctil, el cuerpo viste dos metros cuadrados de piel que son frontera superficial y, al mismo tiempo, abismo y resorte hacia profundidades imaginarias del ser. Zona fluctuante que anima la pulsión erótica. Envoltura y manto protector que, sin embargo, representa lo más profundo. La experiencia de lo táctil revela sensaciones y es detonante del deseo.
" Ver y oír son las únicas cosas nobles que contiene la vida. Los otros sentidos son plebeyos y carnales. La única aristocracia es no tocar nunca. No acercarse: he ahí lo que es hidalgo". Pessoa
Ver y oír. Callar. Atención y meditación. Sentidos que inhiben la acción directa sobre las formas de lo sensual. Los sentidos más educados. Ser voyeur a la manera de Pessoa no desvelará del todo las puertas de acceso a la anatomía del amor.
Desde el contacto y exploración de la piel del otro nos aproximamos al mundo de los pozos de entrada y salida de la materia orgánica: recipientes que contienen sustancias para la gula y la lujuria, en dosis concentradas; ilusiones del cuerpo, orificios del deseo y, además, vasos comunicantes del gusto y el olfato. Estos espacios cóncavos donde se alojan algunas de las secreciones internas, determinan la impronta de cada uno de nosotros: más dulces o más salados, son los rastros que nos hacen definitivamente especiales en relación a los demás.
Somos plebeyos y carnales, sí, y afortunadamente sensuales, diríamos. Incluso esencialmente animales cuando demarcamos el territorio de la atracción a través de los fluidos corporales.
Mabi Revuelta está en Bilbao estos días y la podemos ver en la Galería Vanguardia.
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