He tirado todo.
Empezando por los recuerdos, esos que se aferran a cualquier luz, a cualquier frase, a cualquier movimiento. Los he tirado. Mezclados con un sin fin de papeles, historias, cuentos, proyectos, cartas, cientos de cartas... montones de nombres, montones de caras, montones de lugares, infinitos sueños.
Otro traslado, otra oportunidad para tirar lo que vamos arrastrando sin motivo; a veces son tantas cosas a las que nos acostumbramos que de pronto un día vemos con sorpresa que algo nos pesa, nos sobra, casi nos molesta. Hay que dejar paso a lo nuevo, renovar la energía.
Eso es lo que pensaba cuando el otro día, con un poco de pesar, tiraba al saco una carta de alguien remoto, alguien que casi no existe ya en mi imaginario... y son muchos alguien en realidad, los que vienen y se van....
¿qué será de toda esa gente que vamos cruzándonos en la vida y que por una causa o por otra dejamos de ver?. ¿qué son? ¿dónde son? ¿se acordarán alguna vez de nosotros? ¿nos enseñaron algo?... En esas cartas había restos de personas que durante un tiempo formaron el paisaje de mi vida. ¿Es una vida que cambia?. Es una vida que camina y deja atrás lo que le sobra, como hace la serpiente con su piel vieja, para seguir creciendo.
Hoy camino más libre, me voy soltando, aligerando peso. Y doy un paso tras otro con ganas de ver lo que me depara la vida. Quizá digas que me deparará más recuerdos... eso somos entonces; somos tantas cosas... ¿cómo escapar de eso?
Termino ya, con una frase que encontré en tantos apuntes que alguna vez me parecieron inevitables:
“El corazón tiene más cuartos que un hotel de putas”. Gabriel García Márquez.
Por alguna razón algún día me pareció una gran frase....
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
excelente frase, e interesante blog.
ResponderEliminarUn saludo
Robert ;)
Me gustó la frase también y además pensé que debía tirar al bote algunos de mis recuerdos... ¿pero cómo hacerlo si entre esos estamos?
ResponderEliminarun abrazo mi querida niña
hj