Íba a escribir un párrafo de Allan Poe, sobre uno de los cuentos que estoy leyendo ahora, esos cuentos terroríficos que tan magistralmente sabía desgranar (es el maestro del cuento de terror) y llevarnos poco a poco hacia la cúspide de un final dramático y misterioso.
Pero, mira por dónde, no puedo evitar dejarme llevar por las palabras que se oyen desde mi terraza... es ella de nuevo, que cuenta:
- ... Y ahora recuerdo que una vez escribí a una editorial para que publicaran mi cuento.
- ¿en serio? y ¿qué te dijeron? ¿lo publicaron?.
- No, por supuesto. Era malísimo.
- Venga, no sería tan malo.
- Sí, en serio que lo era... "Los árboles negros" se titulaba. ¡Hasta lo registré en el Registro general de Autores!... jajaja... dios, qué cosas he hecho.
- ¿Y de qué trataba?
- Pues...si te digo la verdad, no lo recuerdo muy bien. Algo que ver con una mujer que buscaba un camino y sentía la influencia de su abuela, que fue una especie de bruja. Va de aquí para allá, conoce gente que le va enseñando hasta que OH SUERTE encuentra al hombre de su vida que busca lo mismo que ella. Imagínate!
- Una historia romántica, no te va nada. ¿Y el título? ¿a qué veniía?... nunca he visto árboles negros.
- Sí, ¡Los hay! en serio. Árboles altos y fuertes de tronco oscuro como el carbón. Preciosos árboles, o quizá me lo parecieron a mi entonces porque estaba locamente enamorada. Los ví en Argentina, hace muchos años. Visitábamos un valle cerca de la Cordillera Blanca de los Andes. Tengo, en alguna parte, unas fotos preciosas de aquel día y aquel paseo. Allí se me ocurrió el cuento.
- ¿aún lo tienes?.
- Sí... lo volví a ver un día revolviendo entre papeles y cuadernos antiguos. Da risa leerlo. Y ¿sabes que me dijeron desde la Editorial?
- Cuenta
- Pues una mujer, muy amable y educada, me mandó a freir espárragos de la manera más sutil. Venía a decir algo como "y usted de un plumazo consigue hacer desaparecer el transcurso natural de los días y hacer que la protagonista goce de una sabiduría que sólo la da el tiempo". Y luego se despedía diciéndome que fuera poco a poco y que quizá en el transcurso de nuestra vida, volviéramos a encontrarnos.
- Bueno, no le faltaba razón, no?.
- Tenía toda la razón... sólo el tiempo te da lo que necesitas. Pero ya sabes cómo somos cuando somos jóvenes, lo queremos todo para ya.
- Por eso se vive con mayor intensidad esa época.
- Sí.. .es verdad. Aquella época fue muy intensa, como pocas.
- Hmm.. pues cuéntame, tengo toda la tarde para tí. Voy a poner café, ¿te apetece?
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cariño, pero no apruebas los comentarios, no vale escribirte sino te gustan,ja,ja.
ResponderEliminar¿Que no los apruebo?... ¡Cómo que no?, para dos que me llegan al mes y los dos tuyos, ¡¿cómo no los voy a aprobar hermosa?! jeje
ResponderEliminar;-)
Bueno, ahora serán tres porque me gusta como escribes tú,como escribe Poe, como te comenta h.j. y como charla tu vecina. No me gusta tanto la editora, claro...
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