domingo, 12 de septiembre de 2010

El avión me deja en la pista, en casa, de nuevo



Y no puedo quitarme este dolor de cabeza. Desde hace un tiempo, los viajes en avión me sientan fatal. Especialmente la vuelta... ¿será también por lo que supone de volver a la rutina?, o será que me siento un bicho raro allá arriba, como que el organismo no se adapta... qué sé yo... pero lo cierto es que con la edad me llegan "achaques" de los que muy bien podría prescindir.... y este malestar que tengo encima desde que el avión empezaba a descender, es uno de ellos. Dios! con lo que yo he viajado!.. en fin... con razón prefiero mil veces el tren.

Vuelvo y me pongo al día de lo que cuentan otros y otras. Ha sido sólo una semana pero el mundo ha seguido girando. Al otro lado del charco, como decímos aquí, la gente sigue sintiendo y soñando. Por aquí más cerca siguen sintiendo y soñando también.

Y yo me he comprado un libro del Dalai Lama para hacer más llevaderos los tiempos "muertos" tirada en la playa bajo el sol. Tumbarme al sol nunca ha sido mi fuerte. Y creo que el Dalai Lama tampoco, por más que sus palabras estén bañadas de sensatez y buenas intenciones. Cada uno/a encuentra sus fuentes en distintos lugares.

Ahora cuelgo unas fotos y me voy a retirar a descansar. Mañana retomo el trabajo, y algunos asuntos pendientes que no quiero dejar escapar. Creo que estas cortas vacaciones me han servido un poco para recordar algunos "yo" importantes, un tanto abandonados.

Ah! Y Menorca, bonito, tranquilo y soleado, como era de esperar.



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