jueves, 12 de agosto de 2010

Nelson Mandela



Nelson Mandela es sin duda uno de los personajes mundiales con más repercusión. Es también, creo, una de las personas con más carisma y mayores dotes de liderazgo que han podido subir a la palestra de la política mundial.Y es de agradacer, no sólo por aquellos y aquellas que han tenido la suerte de vivirle y conocerle, sino por todas las personas que tienen algo de sensibilidad y son capaces de darse cuenta de la inmensa influencia que sus posturas sociales y políticas, han ejercido en el ánimo y sentimientos de todo el mundo.

No deja a nadie indiferente. Quien más quien menos, ha oído hablar de él y de su vida. Quien más quien menos sabe que estuvo preso. Que se hizo viejo en la cárcel. Que tiene una perenne sonrisa. Que llegó a ser el primer presidente sudafricano elegido democráticamente. De todos los demás detalles, que no son pocos, se sabe menos, por aquello de que no siempre podemos profundizar en todas las vidas ni en todas las historias.

Pero yo estoy ahora conociéndo un poco más su persona y su historia. Estoy disfrutando de un pequeño libro escrito por alguien que compartió con él tres años de su vida, solamente para conocerle mejor, para estar con él y para acabar escribiendo y contando quién fue y por qué.

Este párrafo que escribo a continuación, del autor del libro, Richard Stengel, puede dar una idea de la persona tan inmensa que, a mi juicio, fue y sigue siendo este hombre; naturalmente es difícil ser objetivo cuando se está mucho tiempo con alguien a quien admiras, pero el consenso es bastante general y yo, para no llevar la contraria, me uno al resto.

“ ... Cuando pienso en el legado de Mandela a mis hijos, recuerdo la desgarradora conversación que Mandela mantuvo con su primer hijo, cuando éste le preguntó por qué nunca pasaba la noche con la familia. Mandela tras pensarlo unos momentos y tomando una decisión muy difícil, respondió: “Porque hay millones de niños en Sudáfrica que me necesitan”. Por muy difícil y duro que pueda parecer, era el sencillo pero terrible cálculo que Mandela había hecho. Una de las cosas que él buscaba con su propio sacrificio era que algún día otros padres y madres no tuvieran que pronunciar esas palabras u otras parecidas; que su hijo pudiera heredar un país libre en el que él no tuviera que luchar por la libertad que debería haber sido su derecho inalienable. De una manera amplia, Mandela quiere que haya un vínculo entre su vida, sus valores, sus logros y todos los que vengan detrás de él. Por único que pueda ser, él te dirá que forma parte de una larga cadena de liderazgo, un continuo de aquellos que nos precedieron y los que nos sucederán, una cadena grande y poderosa formada por aquellos que luchan por ampliar la libertad humana”

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